Al leer el libro de Heinrich Heine De l’Allemagne publicado en francés en 1835, Théophile Gautier, gran poeta y literato, descubrió “blancas wilis que danzan sin piedad… entre la bruma suavizada por la luna de Alemania». Involuntariamente se dijo: “¿No sería un tema apropiado para un bonito ballet?”.

Es así que Gautier empezó a trabajar para dar forma a un ballet pero no conseguía encontrar una trama apropiada. Entonces, una noche en la Opera de París, expresó su idea a Vernoy de Saint-Georges, libretista experto. Tres días más tarde Saint-Georges presentó un apunte titulado Giselle ou les wilis, que fue aceptado para ser representado en el Teatro de la Opera.

La música fue encargada a Adolphe Adam, prolífico compositor de cuarenta óperas y catorce ballets. Adam era un maestro en la música para danza y la frescura de sus melodías realzan sus alegres movimientos o acompañan con delicado sentimiento. La originalidad de la partitura hace que exista una unidad dramática y coreográfica, gracias a los leitmotivs de los personajes y las situaciones. En Giselle la danza es el tema, pero también el medio fundamental de contar la historia.

La primera representación se hizo el 28 de junio de 1841, en la Opera de Paris. La coreografía de la mayor parte de la obra fue realizada por Jean Corralli, aunque la mayoría de las danzas fueron retocadas por el maestro de baile Jules Perrot. El ballet obtuvo en París un éxito inmediato.

A lo largo de la historia, el ballet Giselle ha sido coreografiado y revisitado por grandes coreógrafos. La supervivencia de este ballet, cuando muchos otros de su época están olvidados, puede deberse tanto a su exquisita partitura, como al poético argumento. Es la más pura expresión de la época romántica, comparable quizá con la Sinfonía Inacabada de Franz Schubert o la obra La Dama de las Camelias de Alejandro Dumas, que han llegado hasta nosotros como todo un símbolo de aquellos tiempos y siguen vivos y admirados por la gente.

Acto 1
Giselle es una joven simple, de gran belleza e inocencia. Ella desea ante todo bailar, pero es reprimida constantemente por Berthe, su madre, quien teme, debido a su frágil y quebradiza salud, que Giselle muera doncella antes de su boda, convirtiéndose así para la eternidad en una Willi, (espíritus nocturnos, abandonados por sus amores que matan a los hombres después de la media noche). Albrecht, un noble, corteja a Giselle haciéndose pasar por un simple aldeano, mientras Hilarión, conciudadano de Giselle, que está profundamente enamorado de ella, sospecha de la identidad y del engaño. Los otros jóvenes de la aldea, luego de sospechar también del extranjero, lo integran a su grupo celebrando junto a Giselle. Bathilde, prometida de Albrecht, llega al lugar acompañada de sus amigos, encantándose con la gracia e inocencia de Giselle, sin saber ninguna de las dos que ambas aman al mismo hombre. Hilarión entre tanto descubre la verdadera identidad de Albrecht, y aprovecha la presencia de Bathilde y de su grupo de pertenencia para desenmascararle. Giselle es sorprendida por el engaño y su inocencia se ve rota por la traición, haciéndola caer en una desesperación que la arrastrará hacia la locura y la muerte.

Acto 2
Myrtha, reina de las Willis y espejo interior de Giselle, la acoge en el mundo de los muertos y llama a las Willis para iniciar un ritual de venganza que cerrará el duelo de la amada traicionada. Al sentir una presencia que se acerca, las Willis desparecen. Es Albrecht, buscando la tumba de Giselle para suplicar su perdón. Giselle se hace visible conmovida por su arrepentimiento. Hilarion llega también a visitar la tumba de su amada y es sorprendido por la presencia de Albrecht. Los dos hombres arrepentidos se afrontan en un duelo brutal que atrae a las Willis, ávidas de la danza de estos hombres y de quitarles la vida , siendo Hilarion su primera víctima. Por la fuerza, Myrtha impone a Albrecht seguir bailando hasta la muerte pero, llevado por el ímpetu del amor, el resiste vivo hasta la llegada del alba. Con el amanecer Myrtha desaparece, y Giselle despide a su amado para siempre.

Ficha artística
Coreografía: Mathieu Guilhaumon
Dramaturgia y puesta en escena: Millaray Lobos
Música: Adolphe Adam
Diseño de vestuario: Carolina Vergara
Diseño de iluminación y escenografía: Andrés Poirot

Reparto:
Giselle: Vanesa Turelli
Albrecht: Fabián Leguizamón
Myrtha: Marine Garcia
Hilarion: Facundo Bustamante
Berthe: Francisca Moya
Wilfried: Amaru Piñones
Bathilde: Ignacia Peralta

Los Jóvenes de la Aldea: David Correa, Morvan Teixeira, Jorge Cortés, Eduardo Díaz, Isidora Dubó, Gema Contreras, Carla Loustaunau, Sofia Passarelli
Las Willis: Sofia Passarelli, Guido Cañete, Gema Contreras, David Correa, Ignacia Peralta, Amaru Piñones, Morvan Teixeira, Delfina Torres, Gabriel Nilo, Jorge Cortés, Eduardo Díaz, Carla Loustaunau, Isidora Dubó,
Los Nobles: Guido Cañete, Delfina Torres, Gabriel Nilo, Marine Garcia